Una mujer se promete nunca volver a olvidar.
Sus ojos se llenaron de lágrimas. Me tomó la mano y le dio un suave apretón. Detrás de ella había un espejo donde podía verme acostada en la cama. Los doctores nos dijeron que habría días buenos y días difíciles. Lo que no dijeron era que solo mi hija recordaría mis peores días. Deseaba profundamente no volver a olvidar nada, ni hacerla pasar por eso cada día. Regresé la mirada a mi pequeña; aunque ya tenía a su propia familia, para mí siempre será una niña. Sentí la calidez de su mano, quería decirle a… ¿Cuál era su nombre? ¿Algo con A? No. Analicé su rostro. Tenía cara de algo con… ¿M? Su nombre estaba atrapado en un recuerdo lejano. Detrás de ella una anciana me veía con temor. Desvié la mirada al techo para evitar volver a verla. La joven que me tomaba la mano comenzó a decirme algo. Cerré los ojos y me invadió una sensación de desconcierto. Me atormentaron preguntas cuyas respuestas no sabía: ¿Dónde estaba? ¿Por qué la anciana tenía miedo? ¿Por qué la joven me llamaba mamá? Abrí los ojos al mismo tiempo que alejé la mano con fuerza. La joven se quedó paralizada. La anciana en el espejo parecía estar enojada por lo que acababa de pasar. Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras le gritaba, ¡¿QUIÉN ERES?!
Un cuento corto y bello que nos lleva a reflexionar cuando la pérdida de memoria se hace presente y las preguntas de un ‘yo inconciente’ invaden nuestra mente.
Muchas felicidades a la autora por su magistral relato. Se te admira.
Increible, hermoso como logras atrapar, dar vuelta y soltar en menos de 30 lineas… mis respetos. Me gusto mucho. Cariños.
Una muy buena reflexión, la vida vuela y en ella volamos. Seamos concientes !
Hermoso…..hasta las lágrimas, me atrapo y quiero seguir leyendo.
Te quiero y te admiro!
Hermoso. Breve. Lo volví a leer para reflexionar. ¡Gracias por compartir!