Había una vez
...muchas maneras de echar tu cuento
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DESCLASIFICADO

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Viernes 20 de enero, 1973.

Redacto este informe con la esperanza de arrojar luz sobre las nefastas consecuencias de los experimentos del doctor Afanasy Tiutchev, cuyos aportes a la psicología, parapsicología, física y bioquímica han sido ampliamente reconocidos dentro y fuera de la Unión, pero quien por desgracia también será el principal nombre a relucir cuando futuras administraciones investiguen los hechos de la central de [CENSURADO] y el apodado Paciente Cero. Sé que la sola mención de este individuo no es grata a miembros del Buró Político y del Partido, pero la coyuntura actual llama a actuar con presteza.

Urge exigir a la administración central la localización de los apuntes del Tiutchev y sus registros audiovisuales de las habilidades telequinéticas mostradas por el Paciente Cero. En su momento me opuse al incremento de la dosis del compuesto [CENSURADO], el cual todavía está en fase experimental. Asimismo existen registros de mis reiteradas quejas al Buró por las pruebas del profesor, a pesar del entusiasmo general tras la demostración ante el Comité y el camarada [CENSURADO], en la que se pudo apreciar cómo el sujeto desmontaba un reloj de bolsillo sin tocarlo.

La suerte ha querido que sobreviva para redactar este informe. Quienes hayan dudado de mi cautela al abordar este proyecto habrán visto las imágenes de las ruinas de la central, aunque no habrán visto las del cuerpo del profesor Tiutchev, sus cuatro asistentes y los treinta y dos agentes de seguridad, desmembrados y desperdigados por toda la instalación tras la última y definitiva prueba del pasado martes 17, en la que el Paciente Cero decidió hacer uso de sus habilidades para escapar. Sirvan estas líneas para extremar los cuidados, así como recordar que el fugitivo está libre y lo que está en juego es la seguridad de nuestra Patria.

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